domingo, 13 de abril de 2008

Quiero compartir contigo







Que puedo decir....que no se halla dicho ya.
¿como encontrar mis propias palabras?. No pretendo ser original, no soy artista,
ni poeta, tengo una cámara pero no soy fotógrafo, no pertenezco ni a la
derecha ni a la izquierda, me he quitado todas las etiquetas que al nacer me han puesto.
No soy
fan de ningún grupo de moda, ni sistema ni antisistema.
Hablo sobre zen, pero eso no es zen. No soy cool ni fashion, y me importa un carajo
la moda y la antimoda. No soy cristiano, ni musulmán, no soy judío ni budista
Busco expresarme con since
ridad y sencillez, pero no es fácil porque estamos llenos
de palabras y significados, definiciones que limitan nuestro mundo, queremos acotar, cerrar,
congelar, excluir, en vez de expandir,
abir, incluir...







"¿Qué puedo hacer?, pues no me reconozco a mí mismo. No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán. No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar. No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios. No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego. No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad. No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia. No soy del reino de e Irak, ni del país de Jurasán. No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno. No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni Rizwán. Mi lugar es el sin lugar, mi señal es la sin señal. No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado. He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno; Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo. Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida; no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana".

Yalal ud-Din Rumi






La primavera de Tokio me embriaga, la flor del sakura ya no está más.
Bella y efímera murió entre grandes rascacielos
A su funeral asistieron vestidos de gris cemento
pero yo pude celebrarla entre hanami de Vino y Rosas
Primavera de Tokio entre luces de neón y corbatas de hierro y acero
zapatos de hormigón, trajes invisibles visitando al emperador
Ojos vivos, ojos muertos, viajan en los trenes del desamor
Instantes fugaces de complicidad en las miradas
Encuentros y desencuestros en el país del crisantemo
Por shibuya, Shinjuku, voy a vuestro encuentro
¿Donde estáis?, no os veo, quitaros vuestro disfraz
venid a celebrar este momento, pues todos somos iguales
yo soy de tu país y tu eres del mio, no cierres tus fronteras
pues no hay ningún sitio donde ir, estamos todos aquí
vente del pasado al presente, quiero que estés conmigo
ven a mis brazos abiertos, yo voy a los tuyos
no hay arriba o abajo, ni derecha ni izquierda
todo es luminoso en este momento, quiero compartirlo contigo
no tengas miedo soy tu amigo.









" Cierro los ojos, mil montañas en el crepúsculo.
Me vacío de los diez mil pensamientos del mundo de los hombres.
Solo, silencioso, me siento de cara a la ventana vacía.
El incienso se consume durante la larga noche negra.
Sobre mi delgada robe de monje, se acumula el rocío, blanco, denso.
La luna sube por el pico más alto. "

Ryokan